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Elementos de un aula de clase

Palaute

¿Tiene dificultades para mantener a sus profesores principiantes? ¿Sus profesores veteranos tienen dificultades con los alumnos de hoy en día? ¿Sus profesores principiantes tienen dificultades con la disciplina? ¿Tiene días en los que los problemas de disciplina son abrumadores?

El aula y el campus de hoy en día requieren un enfoque sistémico. Ya no basta con pensar en ellas como lugares aislados. El aula es una manifestación de los problemas sociales más amplios y debe abordarse de forma diferente.

Piense en ella como en un sistema de autopistas con semáforos, carreteras que se cruzan, normas sobre los giros, la permanencia en el carril adecuado, etc. Si no tuviéramos un sistema de autopistas y carreteras, conducir sería imposible, o al menos imposiblemente peligroso. Incluso cuando se conoce el sistema de conducción y las carreteras, hay que vigilar a cada conductor. Pero sin un sistema, el caos sería total. Del mismo modo, los campus y las aulas deben tener un sistema.

No utilizar un enfoque sistémico es como conducir sin conocer la mayoría de las piezas enumeradas anteriormente. Utilice la lista de control de procedimientos como herramienta para conocer su propio sistema. Como director, exigí a cada nivel de grado que rellenara la lista de control de procedimientos para su nivel de grado. La guardaba en un archivo y la consultaba. Si descubría que los miembros del personal no la seguían, me reunía con ellos para determinar qué estaba pasando.

Cómo gestionar la enseñanza-aprendizaje en el aula del siglo XXI

Este es el segundo post de una serie de tres sobre la cultura del aula. Consulte aquí el último, en el que se desmenuzaba la idea, con la esperanza de mostrar que nuestras ideas tradicionales de “gestión del comportamiento” son insuficientes para abordar plenamente la complejidad del entorno del aula. Si queremos dar sentido a la cultura de nuestras aulas, creo que hay cinco elementos que debemos considerar. Son la disciplina, la gestión, el control, la influencia y el compromiso. Antes de seguir adelante, debo decir que no se me han ocurrido a mí; nunca se me ocurren las buenas ideas sobre las que escribo. Doug Lemov las describe muy bien en su libro Teach Like a Champion 2.0. Léelo primero si te interesa. Todo lo que he hecho aquí es articular cómo se ve esto como líder de T&L y en un contexto escolar en el Reino Unido.

Antes de hacerlo, debo explicar cómo estos cinco elementos me han ayudado en mi papel de líder de T&L y lo que me han permitido hacer. En primer lugar, me han ayudado a formular mejores preguntas sobre lo que ocurre en las aulas. No podemos encontrar buenas respuestas si no hacemos las preguntas adecuadas. Estos cinco elementos me han ayudado a formular las preguntas correctas, que incluyo en la explicación que doy. En segundo lugar, me han ayudado a ver con más claridad la compleja dinámica del aula y, por tanto, a apoyar a los profesores para que sean más reflexivos. Al dividir los elementos de la cultura del aula con mis colegas, les he ayudado a ver que algunos de los problemas que tienen con el comportamiento pueden estar relacionados con el compromiso o con la disciplina. Una vez que hemos identificado el elemento, hemos sido capaces de proceder a las estrategias pertinentes (que consideraré en mi último post sobre este tema). Esta profundidad de comprensión ha dado sus frutos tanto para mí como líder como para mis colegas. Entremos en materia.

Definición de aula pdf

La filósofa Hannah Arendt decía que la esencia del ser humano es participar en el discurso moral con los demás. “Las cosas del mundo se vuelven humanas para nosotros sólo cuando podemos discutirlas con nuestros semejantes. Humanizamos lo que ocurre en el mundo y en nosotros mismos sólo hablando de ello, y al hablar de ello aprendemos a ser humanos”. En una comunidad de clase reflexiva, los alumnos trabajan juntos en un estudio atractivo de nuestro pasado y de nuestro mundo actual. El conocimiento se construye, no se absorbe pasivamente. Y los estudiantes, con el corazón y la mente movilizados, son vistos como sujetos que participan activamente en una comunidad de aprendices. Una atmósfera de confianza en el aula como ésta crea el espacio para un aprendizaje profundo y democrático. La creación de un ambiente así requiere un enfoque reflexivo.

Éste debe impregnar todos los aspectos del aula y estar integrado en todos los demás componentes. Incluye un profundo respeto tanto por los alumnos como por la materia. ¿Pueden los alumnos asumir riesgos? ¿Serán “derribados” o ridiculizados por otros estudiantes, o incluso por el profesor, por compartir abiertamente sus pensamientos? ¿Cómo actuará el profesor cuando un alumno insulte o menosprecie personalmente a otro? ¿Se respetará y honrará a los estudiantes como participantes reflexivos en una comunidad de aprendices? El comportamiento del profesor en estas situaciones marca la pauta de toda la clase. Tenemos que ser explícitos y poner en práctica nuestra creencia de que un profundo respeto por cada alumno es el núcleo de nuestro esfuerzo educativo.

Tipos de aulas

Al principio de cada curso académico, pregunto a mis alumnos de Química del VCE qué cosas son las más importantes en el aula para aprender Química. Las respuestas típicas son “bolígrafos”, “cuadernos”, “mesas”, “sillas” y “un profesor”. Yo tengo una opinión diferente.

La principal fuente de información no es el profesor. Es el libro de texto. El libro de texto explica cada tema del curso de forma concisa y precisa, y enseña a los alumnos toda la teoría necesaria para el examen de fin de curso. Los libros de texto contienen tantas preguntas de práctica que algunos alumnos ni siquiera las completan todas. Antes de buscar recursos adicionales o juegos de preguntas, haz primero todas las del libro de texto.

Los bolígrafos son más importantes que los cuadernos porque el libro de texto está diseñado para ser anotado. Los márgenes gigantes de un libro de texto (que no existen en las novelas) están colocados a propósito para dar cabida a las anotaciones personalizadas de los estudiantes. Los alumnos deben utilizar al menos dos colores diferentes de tinta para anotar sus libros de texto, y también deben resaltar las definiciones y frases importantes. (También deben traducir las palabras, si dominan otro idioma.) Los profesores tendrán que guiar y animar a los alumnos en este proceso inicialmente. Algunos alumnos entran en su aula con aversión a escribir en los libros de texto.

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