Cabina de bioseguridad de clase 3
Existen múltiples clases de cabinas de seguridad biológica. Pero, ¿qué son y en qué se diferencian? Las clases de cabinas de seguridad biológica (o clases de cabinas de bioseguridad) son categorías que describen cómo funciona la cabina y qué protege. Estas “categorías” son Clase I, Clase II y Clase III.
Una cabina de Clase I se define como una cabina ventilada para la protección del personal y del medio ambiente. Los armarios de Clase I no ofrecen protección del producto contra la contaminación, lo que limita considerablemente sus aplicaciones. Utilizan un flujo de aire sin recircular lejos del operador. Las cabinas de clase I tienen un patrón de flujo de aire similar al de una campana extractora, pero también tienen un filtro HEPA en la salida del escape. Pueden tener o no conductos de aire hacia el exterior. Las cabinas de clase I son seguras para el uso de agentes que requieren un nivel de contención de bioseguridad 1, 2 o 3.
Una cabina de Clase II se define como una cabina ventilada para la protección del personal, del producto y del medio ambiente para el trabajo microbiológico o la preparación de compuestos farmacéuticos estériles. Las cabinas de clase II están diseñadas con un frente abierto con flujo de aire hacia el interior (protección del personal), flujo de aire laminar filtrado por HEPA hacia abajo (protección del producto) y aire de escape filtrado por HEPA (protección del medio ambiente). Estos armarios se diferencian además por tipos basados en la construcción, el flujo de aire y los sistemas de escape. Los tipos incluyen A1, A2, B1, B2 y C1. En ellas se exige que todos los conductos y plenums contaminados biológicamente estén bajo presión negativa o rodeados de conductos y plenums de presión negativa. Los armarios de tipo B2 van un paso más allá y exigen que todos los conductos y plénums contaminados biológicamente estén bajo presión negativa o rodeados de conductos y plénums de presión negativa con aspiración directa. Al igual que las cabinas de clase I, las de clase II son seguras para trabajar con agentes que requieren un nivel de contención de bioseguridad 1, 2 o 3.
Nivel de bioseguridad 4
Un aislador de laboratorio adecuado para BSL 3 proporciona un alto grado de protección para el personal que trabaja con la mayoría de los materiales peligrosos. Además, gracias a su limpieza de clase “A” y al flujo de aire laminar, también se garantiza la protección del producto. Este aislador puede utilizarse en farmacias u hospitales para la preparación (dilución y dosificación) de citostáticos, así como en laboratorios para trabajar con cualquier material peligroso y biológico.
El flujo laminar se utiliza para la limpieza de clase “A”, cuando debe garantizarse un flujo de aire unidireccional en orientación vertical. Para dirigir el flujo se utiliza un marco laminar, compuesto por un tejido especial muy finamente perforado. La velocidad del flujo laminar producida por la tecnología del aislador asciende a 0,45 m/s ±20%. Para filtrar el aire entrante y saliente se utilizan filtros HEPA (H14), con una eficacia del 99,995%. Este sistema suele ir acompañado de una recirculación de aire en el interior de la cámara.
Un sistema HVAC permite la formación de presión negativa dentro del aislador. Esta función se utiliza sobre todo en caso de fallo del aislamiento -puesta en peligro de la estanqueidad- y ayuda a proteger al personal.
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La cabina de bioseguridad de clase III está diseñada para trabajar mejor con microorganismos del grupo de riesgo 4. El recinto estanco garantiza la seguridad del entorno y del trabajador frente a la muestra que se está estudiando.
Las Cabinas de Seguridad Biológica de Clase 3 también se denominan Cajas de Guantes, debido a que el trabajo se realiza con guantes de brazo. Estos guantes se fijan al cristal de la cabina, que aísla completamente el entorno del proceso en curso dentro de la cámara.
Una cabina de seguridad microbiológica de clase III proporciona una barrera entre la muestra que se examina y el usuario que la examina. La planificación previa y la experiencia en el manejo de este tipo de especímenes harán que el uso de estas cabinas sea exitoso.
Al disponer de tres filtros de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA), la cabina garantiza la máxima seguridad para el usuario y el entorno. La cabina de seguridad biológica de clase III tiene una cámara completa y hermética para trabajar con materiales peligrosos.
Los guantes largos de butilo están fijados a los puertos de la cabina de forma que permiten su cambio sin riesgo de contaminación. Estos guantes están especialmente diseñados para evitar el contacto directo de la muestra con la piel del usuario.
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Los BSC de clase I proporcionan protección al personal y al medio ambiente, pero no ofrecen protección al producto (figuras 11-1a y 11-1b). Este tipo de cabina se utiliza habitualmente para encerrar equipos (por ejemplo, fermentadores, homogeneizadores) o para procedimientos en los que la protección del producto no es una preocupación (por ejemplo, el cambio de jaulas). El aire de la sala se introduce en la cabina a través de la abertura frontal, se desplaza directamente a través del espacio de trabajo y luego se descarga del BSC a través de un filtro HEPA. Los BSC de clase I pueden recircular el aire de escape hacia la zona de contención, o salir directamente a la atmósfera exterior cuando se conducen de forma rígida al sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) de la instalación. Dado que el aire nunca se recircula dentro del BSC, es posible trabajar de forma segura con cantidades mínimas de sustancias químicas tóxicas volátiles si el BSC es de conducto rígido. Los BSC de clase I son adecuados para trabajar con material biológico del grupo de riesgo 1 (RG1), del grupo de riesgo 2 (RG2) y del grupo de riesgo 3 (RG3). Los BSC que se utilizan como estaciones de cambio de jaulas pueden requerir una sustitución más frecuente del filtro debido a la carga del mismo.
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